martes, 15 de abril de 2014

Por Isabel Mendoza

Para una estudiante de psicología analizar este tipo de sociedad tiene dos caras, puesto que en una cada día se abren más plazas en el área organizacional porque surgen grandes empresas en las cuales este proceso es fundamental, lo que nos asegura posiblemente la inserción laboral en este campo disciplinar, esto nos motiva para que siga creciendo las inversiones, las empresas y por tanto la economía, por otro lado también desde nuestro campo disciplinar el reto de hoy día en pleno siglo XXI es luchar contra la desintegración familiar, (familias disfuncionales, niños y adolescentes en problemas de adicción, baja autoestima, violencia, entre otros…) pero como poder sacar adelante este proceso, si el esquema de familia cada día cambia mas; padres que trabajan más horas al día, la figura materna que se constituye como parte fundamental para el sano desarrollo de un niño hoy día tiene que trabajar a la par de su esposo para poder suplir el ritmo de vida que se lleva, sin mencionar las madres que son solteras o cabezas de hogar que complican mas la situación. Adicionalmente el tiempo libre o no laboral de los padres no es tan libre, porque tienen que cumplir con quehaceres familiares por tanto se deja tiempo mínimo para compartir en familia.
Este tema deja un interrogante muy grande en nuestra mente, ¿Cómo aprender a equilibrar este ritmo de vida para que no cause daño a la institución más importante la familia?

Quizá yo no tenga la respuesta pero si es un reto para la psicología seguir buscando la forma de ayudar para que en el crecimiento de nuestra sociedad capitalista, tenga el menor impacto negativo en la familia, por ahora empecemos con las acciones más inmediatas nuestra propia familia.

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