La
Teoterapia tiene como fin llevar al hombre a su condición de salud y
armonía en que fue creado. El tratamiento inicia cuando la persona
recibe a Jesucristo como su Señor y Salvador y continúa en un
proceso progresivo de sanidad, restauración y formación integral
(Filipenses 1:6). Cuando Jesucristo controla nuestro ser volvemos a
tener vida espiritual, equilibrio en la personalidad y salud total
disfrutando plenamente de su presencia y compañía (Juan 7:38)
Dios
nos diseñó espíritu, alma y cuerpo (1 Tesalonicenses 5:23). El
hombre es una triple unidad; las cosas que afectan el espíritu
afectarán el alma y a su vez al cuerpo. Esta relación determina el
comportamiento del hombre.
ESPÍRITU
Nuestra dimensión espiritual está diseñada para relacionarnos y comunicarnos con Dios. La mayor necesidad del espíritu es recibir vida a través de Jesucristo. El espíritu es la parte inmaterial del hombre donde residen las facultades de un hijo de Dios, que le permiten percibir el mundo espiritual y está compuesta por intuición, comunión y conciencia. Dios diseñó al ser humano de tal manera, que su espíritu debe ser quien lo dirige, y no el alma. La comunión es la capacidad de estar en contacto con Dios a través del cuerpo común del que forman parte, el cuál es Jesucristo (Romanos 12:4-5 y 1 Corintios 12:12, 27). La intuición es la capacidad para conocer los pensamientos que Dios tiene para con nosotros. La conciencia es la capacidad para ordenar al alma obedecer la voluntad de Dios.
ALMA
Nuestra dimensión psicológica, también conocida como nuestra alma, está diseñada para relacionarnos y comunicarnos con otras personas y es la parte inmaterial del hombre que contiene los atributos esenciales de la personalidad: mente, emociones y voluntad. Somos el resultado de lo que hemos heredado y vivido. Las raíces de amargura resultantes de vivencias negativas afectan nuestra manera de pensar, de sentir y de actuar. Es por esto, que nuestra alma necesita recibir sanidad divina (Jeremías 31:25).
CUERPO
Nuestra dimensión física, también conocida como nuestro cuerpo, está diseñada para interactuar con el medio ambiente. Es la parte material del hombre expresada en su composición orgánica y estructura funcional. Más específicamente, nuestro cuerpo tiene una organización estructural (anatomía), funciones naturales (fisiología) y composición orgánica (morfología). Es el cuerpo el que resiente los daños espirituales y psicológicos, que se manifiestan mediante todo tipo de enfermedades.
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